RIO CALI
El río Cali es uno de los principales ríos en el
municipio colombiano de Cali. Nace en el Alto del Buey en los Farallones de
Cali. Su cuenca hidrológica ocupa 11.920 ha del noroccidente del municipio y su
cauce recorre 50 km en la dirección oeste-noreste desembocando en el Río Cauca.
Entre sus afluentes se destacan los ríos Pichindé, Florida, Aguacatal y
Cabuyal.
La cuenca hidrográfica es de naturaleza boscosa y más del
50% de esta es parte del Parque Nacional Natural de los Farallones de Cali y se
extiende en los corregimientos de los Andes, Pichindé, la Leonera y Felidia. El
nivel de precipitación anual en la cuenca es de 1470 mm anuales, la
distribución mensual puede verse en la tabla.
El caudal medio del río es de 4,04 m³/s, con un máximo
promedio de 12,97 m³/s y un mínimo medio de 1,09 m³/s. El máximo caudal
promedio se alcanza entre los meses abril y junio, mientras el mínimo entre
julio y septiembre. Las aguas del río son empleadas en el abastecimiento de la
Planta Río Cali del acueducto de Cali, el cual requiere en promedio un caudal
de 1,5 m³/s, pero puede llegar a utilizar 2,5 m³/s. Esta planta es manejada por
las Empresas Municipales de Cali EMCALI. Varias veredas (en los corregimientos
mencionados anteriormente) tienen acueductos y alcantarillados que dependen del
Río Cali o sus afluentes. Según cálculos de la Corporación Regional Autónoma
del Valle del Cauca (CVC) el río abastece de agua y sirve de alcantarillado a
casi 7.500 personas del área rural de Cali. Todas estas veredas no tienen
plantas de tratamiento de aguas residuales y vierten sus aguas negras
directamente al río o sus afluentes.
FAUNA:
Su fauna deriva del
parque Farallones, donde existen alrededor de 80 especies de aves entre
las que se destaca: La pava, el colibrí de pico dorado, el compás, varias
clases de tamgaras y el pájaro dorado, todas, especies endémicas (únicas en el
mundo). Cuentan además con el oso de anteojos y una gran cantidad de serpientes
como la verrugosa, la cabeza de candado, la terciopelo, ranas del genero Dendrobates,
considerada una de las más venenosas del mundo y el mamboré reconocido por su
gran tamaño.
FLORA:
En el Pacífico colombiano, donde se encuentra gran parte
de la región del parque existen alrededor de 8.000 especies de plantas, sin
contar con las especies de la región andina.
Esta confluencia de provincias da una particularidad muy
especial al área protegida, considerándola como una de las más ricas del mundo
en vegetación.
Aquí habitan especies endémicas como Alma negra y la
Violeta Silvestre.
CONTAMINACIÓN DEL RIO CALI:
CONTAMINACIÓN DEL RIO CALI:
Desde
los Farallones, el río Cali baja entre las amenazas de la minería, la
deforestación y aguas residuales. Cuando entra a la ciudad ya se está
'ahogando' por la excesiva carga de contaminantes. Y aunque ha sido una
situación denunciada por organismos de control y las administraciones presentan
propuestas para recuperarlo que no han pasado de simples planteamientos, el río
tutelar, que surte a medio millón de personas, no ha podido ser reanimado.
El
índice de calidad de agua, después de que nace cristalino en El Alto del Buey,
se detecta con niveles aceptables al tocar el casco urbano, pero luego se va
deteriorando en unos 50 kilómetros desde el oeste hasta llegar sin aliento al
nororiente caleño. El Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente
(Dagma) advierte que en ese paso aumenta el depósito de sólidos suspendidos
totales. Mientras estas cargas en la entrada a la capital vallecaucana
registran un promedio de 4 miligramos por litro, en la desembocadura al unirse
con el río Cauca se multiplican por seis. Las acompaña la presencia de metales
como cadmio, plomo, níquel y cromo que el Dagma también ha detectado.Sin
embargo, la entidad aclara que "la concentración de cadmio y plomo están cumpliendo
con el límite de la norma comparada (criterio de calidad admisible para la
destinación del recurso humano y doméstico donde se requiere tratamiento
convencional)".
Las
Empresas Municipales de Cali (Emcali) prueban que no hay riesgos para el consumo
humano, a pesar de que el río Cali recoge a su paso las descargas de los
corregimientos Felidia y Pichindé y de una actividad minera en El Alto del
Buey, de la vereda Peñas Blancas, que mantiene las alarmas de las autoridades
de Parques Nacionales Naturales, encargada de los Farallones.
La
Contraloría General de la República el año pasado lanzó un llamado de alerta
por la presunta presencia de cianuro que, en medio de dudas de ambientalistas,
fue disipada por la Corporación Autónoma Regional del Valle (Cvc), tras un
monitoreo.
Según
el Dagma el río es tan importante para el municipio que, con recursos del Fondo
Nacional de Regalías, se desarrolló el proyecto 'Recuperación ambiental de las
márgenes del río Cali entre los sectores Entre Ríos y la calle 8 del municipio
de Santiago de Cali', por valor de 745 millones de pesos.
El
río, que nace de la confluencia de los ríos Pichindé y Felidia a 1.300 metros
de altura sobre el nivel del mar, sigue bajando con fuerza hasta que en Pilas
del Cabuyal hay quienes lo ven como una fuente turística. No obstante, algunos
vecinos de esta vereda del corregimiento Los Andes expresaron que hace falta un
alcantarillado y que la población también tome conciencia de no utilizar zonas
para lavar carros.
Para
evitar que caigan aguas residuales al cauce del río tutelar que, además, recibe
a un río Aguacatal que baja por el oeste convertido en un caño y afectado por
la explotación de piedra caliza, carbón y de otros minerales.
El
personero Andrés Santamaría mantiene el SOS por las actividades de ganadería
desde Los Farallones y coincide con Parques Nacionales en que la minería se ha
convertido en un dolor de cabeza.
Con
un caudal reducido, el río baja por el Zoológico de la ciudad a recibir más
descargas y canales de aguas servidas. Ya en ese paso hay basuras y plásticos
flotando. Algunos habitantes de calle se arriesgan a bañarse, pese a la alta
contaminación que avanza por un caudal reducido en la zona residencial Entre
Ríos y que se vuelve de color castaño y gris a la altura del hotel
Intercontinental. Pero allí hay pájaros de picos rojos y plumajes negros que se
asoman como un rastro de vida que le queda al río agónico, a pocos metros de la
Torre más alta de esta capital, entre la maleza de las riberas inclinadas en la
carrera 2 con calle 21.
Después
el cauce se pierde entre el pavimento hasta que aparece debajo del puente de la
calle 26 por las antiguas bodegas del Ferrocarril. Allí se observan los efectos
de las acciones de personas que solían lavar carros con el agua turbia del río
que sigue su curso por la zona del parque de El Avión, donde pululan las
basuras y las aguas servidas de asentamientos subnormales sobre el margen de
protección de los 30 metros. Esas aguas y más desechos siguen en inmediaciones
del barrio La Isla por la avenida 2N con calle 52.
A
medida que el cauce se acerca al río Cauca aumenta el olor fétido como la señal
de que su final está cerca. El Cali, completamente oscuro, llega a la
desembocadura en Floralia, norte local, mientras bodegas de reciclaje y otros
negocios sobre el jarillón depositan desechos para darle la estocada final a
las aguas que atravesaron una ciudad que se quedó en los sueños del poeta
Eduardo Carranza.
EXTINCIÓN DE ESPECIES:
Su nombre es Tangara Multicolor, mide aproximadamente 13
centímetros y al igual que el famoso bichofue, esta pequeña ave de colores
vibrantes es tan caleña como Cristo Rey. Sin embargo el deterioro de su
ecosistema tiene en grave amenaza de extinción a esta poca conocida especie. La
cuenca alta del río Cali es el nido que la ve nacer y pese a que también habita
en las cordilleras central y occidental del país, es una especie visible
especialmente en los corregimientos de Pichindé, Felidia, El Saladito, La
Leonera y Los Andes del Parque Nacional Natural Farallones de Cali. De hecho,
según los expertos en fauna aviaria, la Tangara Multicolor se puede observar
fácilmente en los bosques del kilómetro 18.
Los colores brillantes de sus alas, que llegan a medir
hasta siete centímetros de largo cada una y su agudo silbido, se suman a su
temperamento calmado. Suele tejer su nido en forma de cono con varios
materiales vegetales y pone entre dos y cuatro huevos que incuba por 15 días.
Pese a ser un ave muy llamativa por su plumaje de tonos amarillos, verdes y
azules, en Cali en general es desconocida. En la región no hay suficiente
investigación sobre el ave y no se conocen datos fiables sobre la cantidad de
individuos que existen en la actualidad. Pero la experiencia de los
observadores advierte que hay una evidente disminución de la especie. En
cambio, existe en otros países un especial interés en la observación de aves y
conocer la Tangara Multicolor suele ser uno de los motivos por el que varios
conocedores de la fauna aviaria deciden visitar Cali. Sin embargo, esta linda
ave caleña está duramente amenazada por la erradicación de su ecosistema y la
afectación que ha sufrido la cuenca alta del río que abastece a más de 600 mil
caleños. El experto Wagner señaló que un gran porcentaje de los bosques
originales en los que vivía han desaparecido, y a eso se suma la minería
ilegal, la explotación agrícola y ganadera, y el fomento de la construcción de
viviendas en zonas de reserva forestal. De hecho en una reciente visita de la
Personería Municipal al Parque Nacional Farallones de Cali, se constató que más
de 120 familias han edificado en áreas de reserva forestal protegida de los
corregimientos de Andes, Pichindé y Pance, situación que impacta en la vida de
este pájaro y en otras 300 especies de aves que residen en este ecosistema. El tráfico
animal es otra de las amenazas a su existencia. Según Carlos Andrés Galvis,
biólogo del Zoológico de Cali, por ser una especie poco conocida no es tan
apetecida en el mercado, pero sí hay una gran demanda de loros y pericos. En
contraste, El País pudo conocer que a través de páginas web para comprar aves
ornamentales se puede conseguir en Cali una pareja de Tangaras Multicolor hasta
por $300 mil, en comparación con una pareja de pericos australianos que se
consigue hasta por $22 mil. Incluso los comerciantes pueden conseguir por $350
mil Tangaras Sangre Toro, variante de la especie que habita en bosques de
Bogotá, de plumajes negros y rojos. La cifras de la CVC indican que durante el
primer semestre del 2014 han sido atendidas 119 aves incautadas del tráfico
animal (también se atendieron 156 reptiles y 42 mamíferos).
La importancia de la conservación de la Tangara
Multicolor y de las demás especies de aves que habitan en Cali y sus
alrededores, está en el nivel de calidad del entorno en el que vivimos. Según
indica Galvis, las aves y otras especies de fauna están donde pueden vivir,
reproducirse y alimentarse, por eso el interés en preservar su territorio.
Además de la Tangara Multicolor, se encuentran en vía de extinción el Pato
Colorado, la Pava Caucana, el Búho Mochuelo Ecuatoriano, todos habitantes de
los bosques de los Farallones. En Colombia son más de 63 especies de aves las
que se encuentran amenazadas. Si bien es cierto que la implementación de
políticas claras contra los agresores del medio ambiente ayudarían a evitar el
terrible panorama de la fauna silvestre, los expertos indican que acciones
ciudadanas simples como ahorrar agua, sembrar árboles y ser responsables en los
niveles de consumo de los recursos naturales, contribuyen con la preservación
de este ecosistema y por ende en la conservación de la riqueza natural con el
que cuenta la ciudad.
CONCIENTIZACIÓN DE LA CONTAMINACION DEL RIO CALI
Un centenar de personas se concentró este sábado en cada uno de los cinco puntos donde la Red de Salud Ladera emprendió la siembra de 500 árboles de la especie nacedera y el repoblamiento del río Meléndez con peces guppies como biocontroladores de la larva del zancudo del dengue.
“Impulsamos la campaña más agua más vida”, dijo el
gerente de la Red, Alexander Durán. Los trabajos, encabezados por niños, se
cumplieron en Altos de Santa Elena, sector de El Aguacate, detrás del Club
Campestre, Multicentro, El Ingenio y El Caney.
Fue además un evento para compartir en familia y un
espacio pedagógico en el que los niños tuvieron un contacto directo con la
naturaleza y a través de la siembra de peces, de árboles, actividades
culturales y juegos, conocieron del cuidado del medio ambiente.
Y este domingo se citaron los ‘Amigos del Medio
Ambiente’, el nombre de una iniciativa de Servicio Social que desde septiembre
lideran 23 personas que están en proceso con la Agencia Colombiana para la
Reintegración (ACR) en el Valle del Cauca.
Las jornadas se cumplieron en el sector aledaño al Río
Cañaveralejo, en el barrio Venezuela, Comuna 20 de Cali. “El proyecto contempla
la recuperación del espacio público, en un lugar que históricamente ha sido una
escombrera, rescatando el Cañaveralejo, como patrimonio de Cali”, explicó Rocío
Gutiérrez, coordinadora de la ACR en el Valle.
Los fines de semana, ciudadanos que se están reintegrando
y deben cumplir 80 horas de tarea social “contribuyen con la construcción de un
jardín ornamental, en una zona que se ha venido usando como botadero de
escombros. Así también en recuperar la franja vegetal del Río Cañaveralejo y en
la elaboración de un mural alusivo al cuidado del medio ambiente y la Paz”.
La iniciativa tiene la asesoría técnica del Dagma y el
apoyo de la empresa Ciudad Limpia, el Comité Ambiental de la Comuna 20, la
Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la Agencia de Estados
Unidos para la Desarrollo Internacional (USAID).
Gutiérrez dijo que es la tercera iniciativa de Servicio
Social que se concentra en la recuperación de los ríos de Cali.
En el Valle, desde el 2003 –año en que inicia la atención
a la población desmovilizada de grupos armados ilegales en Colombia– hasta mayo
de este año, 2.437 personas han ingresado al Proceso de Reintegración.
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