jueves, 13 de noviembre de 2014

RIO CALI

El río Cali es uno de los principales ríos en el municipio colombiano de Cali. Nace en el Alto del Buey en los Farallones de Cali. Su cuenca hidrológica ocupa 11.920 ha del noroccidente del municipio y su cauce recorre 50 km en la dirección oeste-noreste desembocando en el Río Cauca. Entre sus afluentes se destacan los ríos Pichindé, Florida, Aguacatal y Cabuyal.
La cuenca hidrográfica es de naturaleza boscosa y más del 50% de esta es parte del Parque Nacional Natural de los Farallones de Cali y se extiende en los corregimientos de los Andes, Pichindé, la Leonera y Felidia. El nivel de precipitación anual en la cuenca es de 1470 mm anuales, la distribución mensual puede verse en la tabla.
El caudal medio del río es de 4,04 m³/s, con un máximo promedio de 12,97 m³/s y un mínimo medio de 1,09 m³/s. El máximo caudal promedio se alcanza entre los meses abril y junio, mientras el mínimo entre julio y septiembre. Las aguas del río son empleadas en el abastecimiento de la Planta Río Cali del acueducto de Cali, el cual requiere en promedio un caudal de 1,5 m³/s, pero puede llegar a utilizar 2,5 m³/s. Esta planta es manejada por las Empresas Municipales de Cali EMCALI. Varias veredas (en los corregimientos mencionados anteriormente) tienen acueductos y alcantarillados que dependen del Río Cali o sus afluentes. Según cálculos de la Corporación Regional Autónoma del Valle del Cauca (CVC) el río abastece de agua y sirve de alcantarillado a casi 7.500 personas del área rural de Cali. Todas estas veredas no tienen plantas de tratamiento de aguas residuales y vierten sus aguas negras directamente al río o sus afluentes.

FAUNA:

Su fauna deriva del  parque Farallones, donde existen alrededor de 80 especies de aves entre las que se destaca: La pava, el colibrí de pico dorado, el compás, varias clases de tamgaras y el pájaro dorado, todas, especies endémicas (únicas en el mundo). Cuentan además con el oso de anteojos y una gran cantidad de serpientes como la verrugosa, la cabeza de candado, la terciopelo, ranas del genero Dendrobates, considerada una de las más venenosas del mundo y el mamboré reconocido por su gran tamaño.

FLORA:

En el Pacífico colombiano, donde se encuentra gran parte de la región del parque existen alrededor de 8.000 especies de plantas, sin contar con las especies de la región andina.
Esta confluencia de provincias da una particularidad muy especial al área protegida, considerándola como una de las más ricas del mundo en vegetación.
Aquí habitan especies endémicas como Alma negra y la Violeta Silvestre.

CONTAMINACIÓN DEL RIO CALI:


Desde los Farallones, el río Cali baja entre las amenazas de la minería, la deforestación y aguas residuales. Cuando entra a la ciudad ya se está 'ahogando' por la excesiva carga de contaminantes. Y aunque ha sido una situación denunciada por organismos de control y las administraciones presentan propuestas para recuperarlo que no han pasado de simples planteamientos, el río tutelar, que surte a medio millón de personas, no ha podido ser reanimado.
El índice de calidad de agua, después de que nace cristalino en El Alto del Buey, se detecta con niveles aceptables al tocar el casco urbano, pero luego se va deteriorando en unos 50 kilómetros desde el oeste hasta llegar sin aliento al nororiente caleño. El Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente (Dagma) advierte que en ese paso aumenta el depósito de sólidos suspendidos totales. Mientras estas cargas en la entrada a la capital vallecaucana registran un promedio de 4 miligramos por litro, en la desembocadura al unirse con el río Cauca se multiplican por seis. Las acompaña la presencia de metales como cadmio, plomo, níquel y cromo que el Dagma también ha detectado.Sin embargo, la entidad aclara que "la concentración de cadmio y plomo están cumpliendo con el límite de la norma comparada (criterio de calidad admisible para la destinación del recurso humano y doméstico donde se requiere tratamiento convencional)".
Las Empresas Municipales de Cali (Emcali) prueban que no hay riesgos para el consumo humano, a pesar de que el río Cali recoge a su paso las descargas de los corregimientos Felidia y Pichindé y de una actividad minera en El Alto del Buey, de la vereda Peñas Blancas, que mantiene las alarmas de las autoridades de Parques Nacionales Naturales, encargada de los Farallones.
La Contraloría General de la República el año pasado lanzó un llamado de alerta por la presunta presencia de cianuro que, en medio de dudas de ambientalistas, fue disipada por la Corporación Autónoma Regional del Valle (Cvc), tras un monitoreo.
Según el Dagma el río es tan importante para el municipio que, con recursos del Fondo Nacional de Regalías, se desarrolló el proyecto 'Recuperación ambiental de las márgenes del río Cali entre los sectores Entre Ríos y la calle 8 del municipio de Santiago de Cali', por valor de 745 millones de pesos.
El río, que nace de la confluencia de los ríos Pichindé y Felidia a 1.300 metros de altura sobre el nivel del mar, sigue bajando con fuerza hasta que en Pilas del Cabuyal hay quienes lo ven como una fuente turística. No obstante, algunos vecinos de esta vereda del corregimiento Los Andes expresaron que hace falta un alcantarillado y que la población también tome conciencia de no utilizar zonas para lavar carros.
Para evitar que caigan aguas residuales al cauce del río tutelar que, además, recibe a un río Aguacatal que baja por el oeste convertido en un caño y afectado por la explotación de piedra caliza, carbón y de otros minerales.
El personero Andrés Santamaría mantiene el SOS por las actividades de ganadería desde Los Farallones y coincide con Parques Nacionales en que la minería se ha convertido en un dolor de cabeza.
Con un caudal reducido, el río baja por el Zoológico de la ciudad a recibir más descargas y canales de aguas servidas. Ya en ese paso hay basuras y plásticos flotando. Algunos habitantes de calle se arriesgan a bañarse, pese a la alta contaminación que avanza por un caudal reducido en la zona residencial Entre Ríos y que se vuelve de color castaño y gris a la altura del hotel Intercontinental. Pero allí hay pájaros de picos rojos y plumajes negros que se asoman como un rastro de vida que le queda al río agónico, a pocos metros de la Torre más alta de esta capital, entre la maleza de las riberas inclinadas en la carrera 2 con calle 21.
Después el cauce se pierde entre el pavimento hasta que aparece debajo del puente de la calle 26 por las antiguas bodegas del Ferrocarril. Allí se observan los efectos de las acciones de personas que solían lavar carros con el agua turbia del río que sigue su curso por la zona del parque de El Avión, donde pululan las basuras y las aguas servidas de asentamientos subnormales sobre el margen de protección de los 30 metros. Esas aguas y más desechos siguen en inmediaciones del barrio La Isla por la avenida 2N con calle 52.
A medida que el cauce se acerca al río Cauca aumenta el olor fétido como la señal de que su final está cerca. El Cali, completamente oscuro, llega a la desembocadura en Floralia, norte local, mientras bodegas de reciclaje y otros negocios sobre el jarillón depositan desechos para darle la estocada final a las aguas que atravesaron una ciudad que se quedó en los sueños del poeta Eduardo Carranza.

EXTINCIÓN DE ESPECIES:


Su nombre es Tangara Multicolor, mide aproximadamente 13 centímetros y al igual que el famoso bichofue, esta pequeña ave de colores vibrantes es tan caleña como Cristo Rey. Sin embargo el deterioro de su ecosistema tiene en grave amenaza de extinción a esta poca conocida especie. La cuenca alta del río Cali es el nido que la ve nacer y pese a que también habita en las cordilleras central y occidental del país, es una especie visible especialmente en los corregimientos de Pichindé, Felidia, El Saladito, La Leonera y Los Andes del Parque Nacional Natural Farallones de Cali. De hecho, según los expertos en fauna aviaria, la Tangara Multicolor se puede observar fácilmente en los bosques del kilómetro 18.
Los colores brillantes de sus alas, que llegan a medir hasta siete centímetros de largo cada una y su agudo silbido, se suman a su temperamento calmado. Suele tejer su nido en forma de cono con varios materiales vegetales y pone entre dos y cuatro huevos que incuba por 15 días. Pese a ser un ave muy llamativa por su plumaje de tonos amarillos, verdes y azules, en Cali en general es desconocida. En la región no hay suficiente investigación sobre el ave y no se conocen datos fiables sobre la cantidad de individuos que existen en la actualidad. Pero la experiencia de los observadores advierte que hay una evidente disminución de la especie. En cambio, existe en otros países un especial interés en la observación de aves y conocer la Tangara Multicolor suele ser uno de los motivos por el que varios conocedores de la fauna aviaria deciden visitar Cali. Sin embargo, esta linda ave caleña está duramente amenazada por la erradicación de su ecosistema y la afectación que ha sufrido la cuenca alta del río que abastece a más de 600 mil caleños. El experto Wagner señaló que un gran porcentaje de los bosques originales en los que vivía han desaparecido, y a eso se suma la minería ilegal, la explotación agrícola y ganadera, y el fomento de la construcción de viviendas en zonas de reserva forestal. De hecho en una reciente visita de la Personería Municipal al Parque Nacional Farallones de Cali, se constató que más de 120 familias han edificado en áreas de reserva forestal protegida de los corregimientos de Andes, Pichindé y Pance, situación que impacta en la vida de este pájaro y en otras 300 especies de aves que residen en este ecosistema. El tráfico animal es otra de las amenazas a su existencia. Según Carlos Andrés Galvis, biólogo del Zoológico de Cali, por ser una especie poco conocida no es tan apetecida en el mercado, pero sí hay una gran demanda de loros y pericos. En contraste, El País pudo conocer que a través de páginas web para comprar aves ornamentales se puede conseguir en Cali una pareja de Tangaras Multicolor hasta por $300 mil, en comparación con una pareja de pericos australianos que se consigue hasta por $22 mil. Incluso los comerciantes pueden conseguir por $350 mil Tangaras Sangre Toro, variante de la especie que habita en bosques de Bogotá, de plumajes negros y rojos. La cifras de la CVC indican que durante el primer semestre del 2014 han sido atendidas 119 aves incautadas del tráfico animal (también se atendieron 156 reptiles y 42 mamíferos).
La importancia de la conservación de la Tangara Multicolor y de las demás especies de aves que habitan en Cali y sus alrededores, está en el nivel de calidad del entorno en el que vivimos. Según indica Galvis, las aves y otras especies de fauna están donde pueden vivir, reproducirse y alimentarse, por eso el interés en preservar su territorio. Además de la Tangara Multicolor, se encuentran en vía de extinción el Pato Colorado, la Pava Caucana, el Búho Mochuelo Ecuatoriano, todos habitantes de los bosques de los Farallones. En Colombia son más de 63 especies de aves las que se encuentran amenazadas. Si bien es cierto que la implementación de políticas claras contra los agresores del medio ambiente ayudarían a evitar el terrible panorama de la fauna silvestre, los expertos indican que acciones ciudadanas simples como ahorrar agua, sembrar árboles y ser responsables en los niveles de consumo de los recursos naturales, contribuyen con la preservación de este ecosistema y por ende en la conservación de la riqueza natural con el que cuenta la ciudad.

CONCIENTIZACIÓN DE LA CONTAMINACION DEL RIO CALI



















Un centenar de personas se concentró este sábado en cada uno de los cinco puntos donde la Red de Salud Ladera emprendió la siembra de 500 árboles de la especie nacedera y el repoblamiento del río Meléndez con peces guppies como biocontroladores de la larva del zancudo del dengue.
“Impulsamos la campaña más agua más vida”, dijo el gerente de la Red, Alexander Durán. Los trabajos, encabezados por niños, se cumplieron en Altos de Santa Elena, sector de El Aguacate, detrás del Club Campestre, Multicentro, El Ingenio y El Caney.
Fue además un evento para compartir en familia y un espacio pedagógico en el que los niños tuvieron un contacto directo con la naturaleza y a través de la siembra de peces, de árboles, actividades culturales y juegos, conocieron del cuidado del medio ambiente.
Y este domingo se citaron los ‘Amigos del Medio Ambiente’, el nombre de una iniciativa de Servicio Social que desde septiembre lideran 23 personas que están en proceso con la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR) en el Valle del Cauca.
Las jornadas se cumplieron en el sector aledaño al Río Cañaveralejo, en el barrio Venezuela, Comuna 20 de Cali. “El proyecto contempla la recuperación del espacio público, en un lugar que históricamente ha sido una escombrera, rescatando el Cañaveralejo, como patrimonio de Cali”, explicó Rocío Gutiérrez, coordinadora de la ACR en el Valle.
Los fines de semana, ciudadanos que se están reintegrando y deben cumplir 80 horas de tarea social “contribuyen con la construcción de un jardín ornamental, en una zona que se ha venido usando como botadero de escombros. Así también en recuperar la franja vegetal del Río Cañaveralejo y en la elaboración de un mural alusivo al cuidado del medio ambiente y la Paz”.
La iniciativa tiene la asesoría técnica del Dagma y el apoyo de la empresa Ciudad Limpia, el Comité Ambiental de la Comuna 20, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la Agencia de Estados Unidos para la Desarrollo Internacional (USAID).
Gutiérrez dijo que es la tercera iniciativa de Servicio Social que se concentra en la recuperación de los ríos de Cali.


En el Valle, desde el 2003 –año en que inicia la atención a la población desmovilizada de grupos armados ilegales en Colombia– hasta mayo de este año, 2.437 personas han ingresado al Proceso de Reintegración.